Tras meses resistiéndome a ver
¡Rompe Ralph!,
por mucho que una amiga me insistía día si y día también, el martes caí. Me negaba por el hecho de que trataba sobre el villano de un videojuego. Simplemente no me interesaba.
Pero ahora me arrepiento de no haber descubierto esta pequeña joya antes.
La película cuenta la historia de Ralph, que cansado de ser el malo de un videojuego en el que tiene que romper una y otra vez un edificio, decide dar un cambio a su vida. Este personaje inspira una ternura enorme desde el minuto 1. Desde que ves su día a día te entran unas ganas enormes de abrazarle y es que, aunque sea el "malo de la película" (o en este caso, del videojuego), tiene un gran corazón. Ademas, la película tiene bastantes referencias a un montón de videojuegos.
Y como buena película de Disney, tiene momentos de humor pero también momentos en los que te toca la fibra sensible. Aun así, cuando acaba te deja la típica sonrisa tonta en la cara y esa sensación de que, por un momento, todo va a ir bien.
Riley Sullivan ♫