martes, 25 de marzo de 2014

Cosas raras

Me encantan los aeropuertos, me parece que es uno de los sitios donde puedes contemplar al ser humano en una de sus formas mas bellas. Esas lagrimas que se le caen a una madre cuando tiene que despedir a un hijo que se va al extranjero a trabajar; la sonrisa tonta de ese padre que espera a que su hija vuelva a casa por Navidad; los nervios de una pareja a punto de vivir su luna de miel o el primer viaje en familia con los niños. Todo eso y mucho mas se vive en un aeropuerto; las emociones, los nervios, los miedos... El "corre que no llegamos" o el "Bienvenido a casa". Son pequeños pedacitos de vida en un mismo edificio.
Por eso me encanta sentarme en un aeropuerto y contemplar a toda esa gente correteando con la maleta a cuestas (que muchas veces llevan toda su vida metida en ella) a punto de vivir una aventura o volviendo de ella.

Pero parece mentira que aunque podría pasarme horas en un aeropuerto, apenas puedo aguantar 3 horas en un avión, y es que tengo miedo a volar. Como dijeron una vez en una película: 

"Cuando viajo en avión intuyo la explosión y me veo cayendo a través de las nubes. Y me asusta tanto esos pocos segundos de conciencia antes de morir, cuando ya estas seguro de que vas a morir... No puedo dejar de pensar en eso, es agotador."

Quizá sea eso, o simplemente que me da miedo vivir mi propia aventura. Aun así mañana me subo a un avión, no quiero quedarme siempre en tierra por miedo.


Riley Sullivan  ♫

1 comentario:

Gracias por comentar :)